domingo, 5 de diciembre de 2010

Miedo, asco, orgullo.

Desde hace mucho tiempo vengo luchando por lo que creo justo. La verdad, la mentira, el bien, la justicia. Todo son términos subjetivos y escurridizos, tan leves que muchas veces pierden su ser nada más salir de mi boca.

Siempre he ido contracorrriente. Mientras la mayoría de gente de mi generación se preocupa por ponerse bonita o por leer la Cuore, yo me leía mil artículos acerca de la ley de D'Hont, del budismo, de la Iglesia Católica, de Marx, del capitalismo... Poco a poco he ido formando en mi cabeza mil ideas, mil conceptos. He ido amasando la información que me llegaba del exterior, hablando con todo el que quería hablar para así tener nuevas ideas, mejorar las mías propias, adaptarlas. Compartir. Evolucionar.

Y aquí estoy hoy. Me siento excitada, fuerte y machacada, todo en uno. He leído tantas y tantas opiniones acerca de esta crisis aérea que creo que la cabeza me explotaría de un momento a otro si la sujetaran las orquillas. Y lo único que he sacado en claro es... ¿Qué es real y qué no de todo lo que escucho?

Me da la impresión de que el fallo más grande (o el mejor mecanismo para seguir manteniendo la calma y la serenidad desarrollado por los señores de detrás de la cortina) es la falta de criterio. Es la falta de esa chispa que hace pensar... "pero, ¿y si...?". ¿Quién ha visto una sola nómina de un controlador para afirmar en mayúsculas que cobran 300.000 euros? ¿Quién ha visto la televisión y no se ha preguntado por qué nadie explica qué reclaman estas personas? ¿Quién se ha parado a pensar en que hay causa y consecuencia? Como he leído en otro blog "no hay que mirar el dedo, sino la Luna a la que señala" (frase que, por cierto, creo que he oído a Bruce Lee decir en alguna película). Porque yo me he prguntado tantas cosas seguidas que mi gran duda ahroa mismo es de dónde sale todo lo que sé.

Me da un miedo atroz pensar en el actual poder de los medios, en la manipulación a la que estamos sometidos. Me da tanto pánico que la supuesta izquierda política ha sacado militares a encañonar civiles para obligarles a trabajar, como si esto fuera una dictadura o el Antiguo Egipto, que creo que puedo llegar a la histeria de un momento a otro.

¿A qué espero? ¿A que llegue 2012 y todo cambie? Un poco patético para una persona que se cree racional y evita las religionse. ¿Salgo a la calle y grito a todo el mundo que estamos locos? Un poco agresivo para una persona que se considera respetuosa con el resto de la gente. ¿Espero a que todos reaccionemos? No me queda otra... ilusa.

¿Cuál es la solución a esta agonía? ¿Es que de verdad hay tan poca gente que quiera saber, que quiera igualdad de derechos, que aborrezca la riqueza y la mentira? Los señores que crearon el sistema, hay que reconocerlo, fueron unos genios. Nos dieron los microondas y el fútbol, y nosotros hemos hipotecado nuestros ojos.

Me limitaré a esperar a que pase algo tan grave que no quede otra que luchar todos juntos. Mientras tanto, sólo queda desear que siempre sienta esta rabia y este miedo. Señal de que sigo viva... y despierta.

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